sábado, 7 de septiembre de 2013

Víctimas de las compras

¿Cuantas veces hemos comprado algo que al final del día acaba en un cajón o empolvándose en un rincón?
Las compras no son malas; viéndolo desde los ojos de la Sra. Villavicencio, que dedica su vida a las amigas, el gimnasio, el centro comercial y viajes alrededor del mundo, siendo así su esfuerzo radica en cuantas veces desliza su plástico y pone autógrafos en pequeños y delgados papeles blancos. Y sí, no esta mal pero la realidad es otra y en la vida terrenal, es mejor pensar dos veces antes de comprar algo, pues inevitablemente acabara en un triste cajón, y pocos podemos negarlo pues siempre terminamos influenciados por tenebrosas emociones basadas en ideas que toman un pequeño atajo antes de llegar al cerebro. Como diseñadora gráfica conozco perfecto dicha influencia, tan poderosa que  con un simple empaque, un color, una tipografía y que decir de los multimillonarios comerciales que diario vemos en televisión.
Yo misma soy presa de la emoción y casi estado de histeria al ver en el súper un nuevo empaque con nuevo color y una  etiqueta con papel metálico, que en muchas ocasiones no se ni que es, solo que su aerodinámico, tecnológico y casi perfecto ergonómico diseño, me provoca el inmediato deseo incontrolable de comprarlo. Si por mi fuera tendría, no una como 3 vitrinas llenas de empaque, cajas y todo lo que a mi parecer sea un diseño ingenioso. Pero gracias a Dios, he podido controlar dicha enfermedad  con dos pildoritas diarias. (ja ja obvio no). Simplemente las ondas cerebrales son detenidas por esa misteriosa y muy puntal voz que dice: "¡y eso que! ya estas muy grandecita para tomar jugo de uva para etapa 2, versión abrefacil, apto para niños en edad preescolar", por ende después de dicho argumento alejo mi mano del jugo y sigo mi camino por el largo pasillo.
 Pero más tarde en el departamento  de papelería vuelvo a sentir ese impulso al ver un estante lleno de calcomanías, sellos y cintas impresas con múltiples diseños....... es inevitable, todos tenemos un lado oscuro de coleccionar o acumular cosas que nos traen recuerdos de la infancia o simplemente pensar que un futuro lo utilizaremos. A mi me pasa todo el tiempo, y a ustedes?